Dos Vidas, Dos Muertes
Aguarda
hasta que arribe, no esperes alguna salvedad
Aguarda
mi llegada sin ánimos, quizá la incredulidad te ayude
Aguarda
el acto de mi presencia con hastío, a lo mejor resuelves antes de tiempo
Aguarda
lo menos esperado, es posible que mi noticia te satisfaga
Llegué
y de inmediato noté tu ausencia, no es primera vez que haces el papel de
fantasma
Llegué
y no había señales de tu partida, solo una rosa marchita agazapada en mi
almohada
Llegué
y aborrecí tus fotos en el chifonier, lamento el día en que usé mi cámara en ti
Llegué
y recorrí el patio que con gracia cuidabas, ahora es una jungla tenebrosa
Apareciste
y no sentí alguna sensación, mi mente quería huir aprisa
Apareciste
y con algo en la mano te acercaste cautiva
Apareciste
y te sentaste temblorosa a mi lado derecho, tu mano se encontró con la mía
luego de un largo tiempo
Apareciste
y me viste con tus ojos cristalizados, ni las lágrimas del cielo emanaban tanto
pesar
Hablaste
y tu voz se quebraba en millones de partes
Hablaste
y mi oído recibía las penas de la perdición
Hablaste
y mis verdades empíricas se derrumbaban lentamente
Hablaste
y el perdón que debí pedir no me salvaría de aquel abismo
Te
alejaste y dejaste la cosa dudosa rezagada a un lado
Te
alejaste y temeroso levanté la hoja que contenía algo oscuro
Te
alejaste y detenidamente comencé a leer tus últimas palabras
Te
alejaste y con amargura supe que tu devoción solo a mí era fiel
Terminé
y el abatimiento me tumbó al suelo sin contemplación
Terminé
y me di cuenta que el monstruo que habitaba en mi era el yo verdadero
Terminé
y no solamente mi vida había finalizado, otra sin haber visto la luz también
falleció
Terminé
y una frase prevalecía en mi cabeza: “te dejo no por el hecho que hayas sido escéptico
de mi confianza, te dejo porque si una vida no fue suficiente para ti, la mía
tampoco lo será”.
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