Fantasmagórica Ilusión
Atesora con vehemencia hallarla de nuevo en aquel banquillo Sin escatimar el día siguiente, acude risueño de verla y tener una amena charla No deja de rebobinar en su mente cuando desde a diez metros la vio reluciente y ávida en ese banco frío y oxidado de aquella antiquísima plaza Pero como la esperanza se sofoca en un santiamén, reencontrarla resultará una espinosa odisea A la misma hora, llega al mismo punto desde donde la vislumbró, y permanece hasta que el sol se acuesta a dormir en el horizonte Pasan las horas, pasan los días apresuradamente, y la perfección creada mujer, no regresa a su habitual puesto de lectura Cambia de estrategia y aguarda desde otro paraje de la plaza, pensando tal vez que, ella lo vio y le aterró la idea de que él fuese algún psicópata u homicida Creyendo que su táctica funcionaría, la suerte se divorció de su fe y aminoró los días en ir a esa escuálida plaza Pasaba de vez en cuando por si la casualidad lo ayudaba pero ni el más mínimo