El Suceso Perfecto

Dudoso se levanta el reportero gráfico si logrará la foto deseada una mañana esplendorosa llena de colores relucientes y vibrantes
Se coloca sus andrajos reporteriles de mucha honra, se come lo que reposaba solitariamente en la nevera, coge su Nikon D90 y emprende el mismo camino al mismo periódico
Llegado al sitio, saluda fielmente a todo aquel trabajador que madrugada para llenar su estómago; da un apretón a sus queridos colegas y reparte besos mañaneros a sus compañeras las periodistas
Retorna a su departamento, donde, como cada mañana, se postra en su cómoda silla y procede a encender la PC que resguarda sus icónicas fotos como una caja fuerte
Seguidamente, se dirige a la parte de atrás, al famoso “cuartico”, para limpiar la cafetera, verterla de agua y preparar un agradable y delicioso café
Mientras disfruta de la cafeína, aguardaba las instrucciones por alto mando leyendo las noticias de mayor auge que sucedieron el día anterior
Cuando por fin salen las pautas, se da cuenta que es su momento ideal para lograr la foto que con tanto fervor esperaba
Como un niño pidiendo comida, el reportero gráfico se abalanza sobre el jefe y con ojos vidriosos, exige que le den la responsabilidad de esa añorada y misteriosa pauta
Evasivo pues como cualquier veterano jefe, marea al reportero antes de darle la más importante misión fotográfica de su vida
Por fin logra su cometido y afronta a la periodista que irá a cubrir aquel trascendental hecho
Abordan un Chevrolet modelo Spark, cuyo dueño conoce cada rincón de la ciudad, y los caminos verdes para llegar sin retraso al lugar
Rápidamente, el chofer arranca el graciosa carro y acelera expectativo de arribar prontamente a la susodicha pauta
Durante el camino, los pasajeros y el ameno conductor, hacían uso de sus términos coloquiales para enlodar más la mala, acción gubernamental, y desglosar la desidia que pasan a la hora de conseguir los bienes preciados para su supervivencia
Tras un largo trayecto, arribaron sorpresivos al sitio, el cual albergaba un conglomerado de personas con pancartas alusivas al rechazo del presidente en transcurso, y usando franelas en favor a un partido político; del otro lado, yacían bien ramificados un grupo de uniformados verdes llevando en mano escudos, mandarrias, escopetas cargadas de perdigones, bombas lacrimógenas y demás utensilios de uso para la “protección del pueblo”
Al presenciar esto el reportero gráfico, quedó estupefacto no solo de la alta carga emocional y la zozobra que se vivía en el momento, sentenció en su mente que esta será la situación privilegiada para su fotografía perfecta
Analizó detenidamente la situación. Miraba cada detalle, observaba las expresiones y movimientos estrambóticos de los insurgentes, y los cambios de faceta arrogantes y maliciosos de cada uno de los verdes
Su compañera, la periodista, acudió rápidamente a uno de los voceros de la protesta, para preguntar el motivo de dicha algarabía, y el reportero gráfico, se ubicó en un lugar estratégico para comenzar la sesión de fotos
Cuando la tensión descendió varios grados y todo parecía que el tiempo se hubiese detenido, desde lo lejos se apreciaba un poco más de 20 individuos usando una ropa exclusiva para revueltas, y en mano trayendo consigo objetos que lastimarían gravemente a quien se les atravesara
Al percatar esto los uniformados, el siguiente movimiento fue en posición de ataque, cargar las escopetas y las lanza-granadas (en este caso, cargadas con lacrimógenas), y comenzar con la ofensiva
Apenas los protestantes escucharon el primer disparo, lo que primera que la mente tomó como decisión, fue enviarle un rápido mensaje a las piernas para salir velozmente de la batalla y refugiarse lo antes posible lejos de cualquier peligro
Los rebeldes, conocidos por las malas lenguas como “guarimberos”, colocaron sus escudos hechos de madera gruesa reforzados con latón para salvaguardar sus vidas, y preparar los cañones con bombas caseras
En el momento que la batalla dio comienzo, la periodista corrió hacia el Spark sin importar quien se interpusiera; en cambio, el reportero gráfico, se colocó la máscara 3D antigases y el chaleco anti-balas a su medida, y como buen compositor del ambiente, preparó la cámara para que cada fotografía saliera mejor que la anterior
Se alejó del ojo del huracán, y con su mejor lento Nikkor 18-135mm, empezó a retratar cada momento del enfrentamiento
Desde planos generales hasta close-up, era lo que predominaba en la composición de las fotografías, al igual que los picados y contrapicados, todos los conocimientos adquiridos tras más de 20 años de carrera, los puso en prueba en lo que podía ser el momento de su vida
En el punto más álgido de la cruzada, varias bombas lacrimógenas envolvieron el ambiente; luego de haberse disipado el humo, y la mayoría de los combatientes atrincherarse, un verde y un insurgente estaban en el medio de la “zona de miedo”; el uniformado apuntaba sin piedad a la cabeza del rebelde, quitándole respiración al momento
El reportero gráfico no escatimó un segundo y enfocó rápidamente la escena suscitándose y sin prejuicios, dejó apretado el botón y que el resto de la cámara hiciera su trabajo
De repente, los uniformados dispararon sin piedad a la multitud, y para salvaguardar su existencia, el reportero gráfico salió disparado hacia el carro que lo esperaba a más de 50 metros de lo que parecía “Stalingrado” cuando la segunda guerra
El chofer le dio full chola al motor de 1000 cc dirigiéndose a la base, dejando atrás aquél épico acontecimiento
Como un rayo veloz llegaron a la sede, estupefactos de la adrenalina que vivieron y haber sido participes de un hecho sin precedentes
Agotado, sediento y emocionado, les contó a sus colegas lo que Dios puse ante él y como con su fantástica herramienta retrató el acto para conquistar el premio codiciado
Veinticuatro horas después de la beligerancia entre corrientes chocantes, la fotografía del intrépido reportero, ganó fama mundial gracias a la versatilidad e inmediatez de las redes sociales
Sin ton ni son, los grandes medios comunicacionales alrededor de la tierra pidieron a gritos que el fotógrafo se compareciera ante el público y contar su Ilíada historia
Antes de que él lo rezara incesantemente, las casas apremiantes de los grandes galardones de la fotografía, cumplieron su mayor deseo  
Con ojos sumergidos en satisfactorias lágrimas y una voz inocentemente estremecida, recibió en sus carrasposas manos, la placa en la cual exaltaba su nombre entre los magnos, y luego de un apretón con el orador, él recitó: “siempre mantuve en mi mente la imagen de este momento aunque lo veía inverosímil. Todo mi arduo trabajo al fin dio su cosecha. Y con firmeza y regocijo, puedo llamar este premio como El Suceso Perfecto”. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Seudónimo

Solo una noche

Luz