Fantasmagórica Ilusión

Atesora con vehemencia hallarla de nuevo en aquel banquillo
Sin escatimar el día siguiente, acude risueño de verla y tener una amena charla
No deja de rebobinar en su mente cuando desde a diez metros la vio reluciente y ávida en ese banco frío y oxidado de aquella antiquísima plaza
Pero como la esperanza se sofoca en un santiamén, reencontrarla resultará una espinosa odisea

A la misma hora, llega al mismo punto desde donde la vislumbró, y permanece hasta que el sol se acuesta a dormir en el horizonte
Pasan las horas, pasan los días apresuradamente, y la perfección creada mujer, no regresa a su habitual puesto de lectura
Cambia de estrategia y aguarda desde otro paraje de la plaza, pensando tal vez que, ella lo vio y le aterró la idea de que él fuese algún psicópata u homicida
Creyendo que su táctica funcionaría, la suerte se divorció de su fe y aminoró los días en ir a esa escuálida plaza

Pasaba de vez en cuando por si la casualidad lo ayudaba pero ni el más mínimo milagro hacía misericordia de sus rezos
Un día nubloso y gélido tomó la irremediable y arrepentida decisión de no proseguir con su martirio, y dejar que otro mendigo de amor la conociera
Sollozo cada mañana, no podía creer lo absurdo de que aquella esplendorosa mujer, desapareciera de la faz de la tierra y ni por error pisara esa odiada plaza
Pensó que quizá el momento de llegar la luz de su vida tardaría en aparecer, y probablemente el matrimonio con la soledad sería eterno

El tiempo condujo a paso seguro, las estaciones iban y venían con tranquilidad, y la plaza con varios años encima, seguía en mismo lugar
Noel, nombre que su mamá le colocó en honor a Santa, caminaba pensativo al otro lado de la avenida mirando el mugriento suelo
Recordó que era el mismo camino que recorría en busca de su anhelada mujer, y dirigió la mirada cuidadosamente al banquillo en el cual una vez la vio postrada
Sorpresivamente, la fémina de sus sueños yacía sentada cual diva leyendo un libro de cuántas páginas sabrá Dios, y en su pierna cruzada reposaba un MP3

Los nervios se adueñaron de lo que alguna vez fue valentía, y congelaron sus piernas sin poder mover un dedo
Pensó que no podía acordarse de su cara, pues el tiempo que pasó fue más extenso que la distancia desde donde él la apreciaba
A pesar del miedo que hacía temblar toda su fisionomía, comenzó a dar paso por paso inseguro de sí mismo hasta llegar a una proximidad adecuada
Cuando por fin pudo verla a precarios centímetros, ella con una sonrisa maravillosamente confeccionada y unos ojos tan claros como una mañana playera, le dijo un “hola” que hacía a cualquiera derretir

Bastó solo unos minutos para que ambos empezaran esa añorada conversación que Noel apetecía hace mucho
La plática continúo sin pausas hasta que el día se tornó ineludiblemente noche y las estrellas protagonizaran el afectuoso momento
Cada quien partió encantado y ambicioso a sus cálidos hogares en la desespera que el próximo día llegara sin demora
En perfecta sincronía, los dos bajaron sus párpados y viajaron a un sueño en el cual las conversaciones eran infinitas

En la mañana, enamorado y embobado, Noel preparó su máster café y aplastó su ligero cuerpo en el sillón más cómodo
Agarró el diario y sin titubear, fue a ver la sección de sucesos e ilustrarse de cuántos desdichados les tocaron su hora
“Hallado cuerpo de una mujer en el río”, fue lo que leyó antes de seguir con el primer párrafo
Tras leer las aterrorizantes líneas subsiguientes, su mente sufrió de una parálisis emocional, y desplomado en el suelo, miraba al techo riéndose desconsoladamente sin poder creer haber tenido una afable charla con una presencia sobrenatural

“Una mujer de aproximadamente unos 30 años fue encontrada sin vida en el Rio. El cuerpo de la fémina, según los forenses, yacía allí desde varias semanas por la descomposición del mismo. Según declaraciones de los funcionarios, ningún familiar o conyugue se ha pronunciado en reclamo del cadáver”. 

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