Fiesta triangular

Hallarnos inmersos en la misma cuadrúpeda comodidad
Entremezclar la insana satisfacción de cometer incesto
El ahínco de fusionar nuestras más insólitas locuras
Conocernos sagazmente dejando que la carne sea el fruto de lo imperdonable

Exponer cada parte de nuestra naturalidad e ir uniendo poro por poro
Llegar a triangular los labios para que se familiaricen
Conceder el permiso de que las partes sureñas de nuestras formaciones se conozcan
Apreciar como el mismo género degusta los fluidos más húmedos de su ser

Interponer la grandeza genital entre dos voraces bocas que aguardan ser alimentadas
Cerrar los ojos y dejar que la mente esparza miles de sensaciones inexplicables
Usar las manos como abrazaderas para que ambas se compenetren
Activar los dedos y hacer que las calientes vanidades exploten sin límites

Proceder a levantar las bajas extremidades y profundizar la versatilidad del deseo
Embestir sutilmente para escuchar cada exhalación que circunda el ambiente
Mirar fijamente las expresiones faciales que reflejan la divinidad de lo oscuro
Aumentar la intensidad y ser aturdido por las seductoras vociferaciones

Cambiar drásticamente de posición a una que la curvatura sea el puente hacia lo pervertido
Aferrarse con delicadeza y halar con dureza al ritmo de las morbosas peticiones
Recurrir al otro cuerpo en busca de su punto más álgido
Hacer que su fisionomía tiemble tras cada estallido de su segmento más sensible

Levantar su increíble inmensidad y llevarla hacia la frialdad del entorno
Reteniéndola contra la superficie plana y permitir que sus extremidades se sujeten firmemente
Elevarla y bajarla con una velocidad que haga que sus ojos se tornen tenebrosos
Volver a posarla en la nube que acontecía la solemnidad de la lujuria

Continuar indagando en la rotunda curiosidad de la pasión
Probar juegos tan lúgubres como el hecho de cometer cruelmente un pecado
Utilizar los cuerpos como objetos de experimentos macabros
Acariciar la sensación calórica que emiten las pieles cuando el sudor las baña de placer

Consumar la faena teniendo un divino desahogo en las cavidades de las dos criaturas que hacen reverencia
Sumergirlas en el mar de la vida aclamando ser saciadas por la eternidad
Terminar posando los exhaustos cuerpos en las sabanas que entrelazaron nuestras desquiciadas fantasías
Y respirar tenuemente hasta trascender a un sueño en el cual esta fiesta triangular no tenga final. 

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