Pensamientos de un fotógrafo

Creyendo que resistiría, cayó sin remordimientos Seducida por la soledad y el lívido, se entregó a cuerpo entero Amante de la seducción, imploró por sentirse querida Decidida y vivaz, exploró el arte físico en el regocijo masculino No era quien ya la había desnudado; unas manos misteriosas harían el trabajo Completamente consciente de su acto, continuo contemplando la rigidez que la hacia vibrar No escatimaba reencontrarse con su antiguo sirviente, pero temía decirle que ya no requería su atención No había mejor sensación que descubrir la perversión en otra mente Estaría dispuesta a lo extremo si la complacía incondicionalmente Pero ya que el hombre aclama lo prohibido, las ideas de una relación perfecta desaparecieron No pasó mucho tiempo antes de descubrir que la amistad solo era una fachada bien elaborada Y como el fin no justifica los medios, la dignidad es de mayor valor que una falsa hermandad Impotencia era lo que imperaba; decepción era lo que sobraba p

Comienza el día como cualquier otro, acudiendo a su lugar de trabajo, llamado El Club de los Desesperados En este caso el horario no es de oficina; en cambio, es en la noche cuando se empieza a laborar Llega saludando a sus compañeras. Unas arriban más temprano; otras, se hacen esperar Guarda sus pertenencias en el locker número 4, y saca del mismo su usual vestuario Se maquilla y viste quedando como una muñeca. Sale a la sala principal en busca de su próximo cliente Usando un top, un pantalón pegadito y unos tacones de 15cm, desfila a través de  la sala enseñando sus codiciados atributos No transcurrió mucho tiempo antes de que un hombre ejecutivo, no mayor de 45, la abordara Éste, sin ton ni son, sacó de su maletín una paca de billetes verdes, ofreciéndolo a la mujer para que cumpla sus deseos infructuosos La dama encantada cogió la paca y con determinación, agarró la mano del hombre y lo condujo a la más pronta habitación Como era de esperarse, el hombre sobre

Fueron tantas las ansias que abrumaban mi corazón y mente desde que el día comenzó. La espera por la llegada de la noche para ir a ver –para mí- la mejor película del 2015, y una de las mejores de la saga de Star Wars. Al llegar a la sala del cine, la espera por fin terminó, y al momento de ver Star Wars: El Despertar de la Fuerza junto con la música más la sinopsis del principio, me sentí viajando a una galaxia muy lejana. Desde que empezó el filme, era difícil pestañear, en ningún momento quería perder de vista cada segundo de la historia. Cada detalle, aunque fuese el más mínimo, le daba poderío a la trama, le daba la fuerza necesaria. Toda expectativa fue superada, nada fue lamentable, sino una noche inolvidable. Fue como volver el episodio IV, todo hacia semejanza, desde el comienzo en el desierto hasta la destrucción del Planeta-Base, StarKiller. Nada estuvo demás, cada elemento tenía un propósito, el cual era cautivar al público, y vaya que sin mayores excentricidades s

Recorrer las calles, apreciar una cultura distinta cada cuadra, gente de cualquier clase que se correlaciona para un mismo fin. El sistema atrapa hasta el más civilizado. No toma en cuenta los principios, sino las necesidades que en el individuo acarrea. El sistema de la vida no deja a nadie a salvo, para él todos son de la misma calaña. Todo producto de la misma idea que cada quien se propone al comenzar el día: completar las metas sin importar los medios para lograrlas. Ver como cada ser humano deja su hogar, bien sea una casa de quien sabes cuántos metros cuadrados, o un espacio que solo la persona quien la habita le parece acogedora. Sale a patear la calle a buscar el sustento que lo mantendrá vivo por un tiempo prolongado, y no puede pensar en si mismo, otras personas vinculadas ansían su llegada al finalizar la jornada. En el sistema la envergadura del género es solo para los retrógrados. Tanto hombre como mujer comparten lo estipulado ya por la vida: animales que lu

Es absurdo adelantarse a criticar el próximo gran estreno del séptimo arte, sobre todo si las expectativas de parte de los fans amantes de la saga galáctica, son tan altas como un rascacielos en Abu Dabi, y la avidez que reside en sus corazones no tiene comparación. Pero sería pertinente darse el permiso de hacer comentarios y predicciones de lo que se espera –a mi opinión- la película más taquillera del año. Star Wars –prefiero llamarla así- en 1977 fue un hito en aquella época. Marcó esa generación setentera y la de la actualidad, enamorando a una comunidad juvenil que sueña convertirse en un caballero Jedi, o si son fríos de corazón, pasarse al lado oscuro de la fuerza. Los 6 episodios de la saga le dieron otra perspectiva al género de la ciencia ficción, no solo por la historia innovadora, sino por modo de transcurrir los hechos, el ambiente donde todo se lleva a cabo, y la odisea por un universo libre del imperio de los Sith. Esto se tornó en un fenómeno a escala mundial,