Star Wars episodio VII, simplemente magnífica

Fueron tantas las ansias que abrumaban mi corazón y mente desde que el día comenzó. La espera por la llegada de la noche para ir a ver –para mí- la mejor película del 2015, y una de las mejores de la saga de Star Wars. Al llegar a la sala del cine, la espera por fin terminó, y al momento de ver Star Wars: El Despertar de la Fuerza junto con la música más la sinopsis del principio, me sentí viajando a una galaxia muy lejana.

Desde que empezó el filme, era difícil pestañear, en ningún momento quería perder de vista cada segundo de la historia. Cada detalle, aunque fuese el más mínimo, le daba poderío a la trama, le daba la fuerza necesaria. Toda expectativa fue superada, nada fue lamentable, sino una noche inolvidable. Fue como volver el episodio IV, todo hacia semejanza, desde el comienzo en el desierto hasta la destrucción del Planeta-Base, StarKiller.

Nada estuvo demás, cada elemento tenía un propósito, el cual era cautivar al público, y vaya que sin mayores excentricidades supo enamorarme. La fotografía fue parte fundamental. Las escenas en el desierto fueron deleite para mis ojos, más cuando Rey (la protagonista), pasaba mientras se apreciaba una nave imperial destruida al fondo. El mundo nevado de la Primera Orden (el frío y el mal llevándose de la mano) y el mundo tropical de la resistencia: un contraste con una carga altamente semiológica. Los juegos de cámara más los ángulos y planos, fueron sublimes, dignos de una gran directos como lo es J.J Abrams.

El nuevo droide BB-8, simple y dinámico, tierno y agradable. Un personaje que gracias a su personalidad y movilidad, daba la sensación de ser un niño, que con su inocencia, encantaba con sus expresiones robóticas. El General Hux representando muy bien las características de un dictador, comandando a un gran ejército de Stormtroppers. El nuevo villano, Kylo Ren, representó de manera audaz y vil, el lado oscuro de la Fuerza. Demostró ser alguien temible, sobre todo con su intimidamente máscara y su único sable de luz (el cual me encanta). Y el líder supremo, queda a la intriga de cuán abrumador es su poder.

Los nuevos actores, una vez más dejando claro que el racismo es cosa de retrógrados, actuaron de forma extraordinaria, supieron cómo ser héroes. Finn, aguerrido, chistoso y de buen corazón, demostró que cualquier sistema opresor merece ser erradicado, y que la libertad es algo que se gana enardeciendo la valentía. Rey, hermosa, inteligente y luchadora, es la viva imagen de la luz, enseñando que la justicia y la verdad prevalece. Y no podían faltar los viejos héroes. Han solo junto con su amigo inseparable Chewbacca, y la inigualable General Leia Organa, sirvieron como motivadores a los nuevos aprendices. A pesar de la pérdida de Solo, no causó una amarga pesadez, sino le abrió el camino a Rey de ser la acreedora del Halcón Milenario y la nueva mejor amiga de “Chewie”.

En esta nueva ocasión, los soldados tuvieron protagonismo, no perecieron en el segundo plano como en las anteriores. El piloto mejor entrenado de los rebeldes, Poe Dameron, dejó en claro que el liderazgo es algo innato en el ser humano. En cuanto a la Capitana de la Primera Orden, Phasma, aunque su papel careció de un diálogo más amplio, no fue otro Stormtropper olvidado. Y en cuanto a las naves, al fin se apreció mejor el interior de las Serie TIE, pero nada como el regreso del Halcón, una nave épica.

Las batallas nada forzadas, sino emocionantes y me hacía sentir dentro de la pelea. La más resaltante fue la pelea final, Ren vs Rey y Finn, representando que el azul y rojo son los típicos archí-enemigos. La fuerza supo ser manejada y controlada por nuestra heroína. Con pura concentración, entendió a cabalidad su verdadero significado, y sin mucho esfuerzo, dominó el poder en su interior. Pero ese poder todavía está en bruto. La aparición de Luke dio a entender que se encargará de que Rey, aprenda a usar sabiamente la fuerza y no dejarse llevar por el lado oscuro.

Faltaría más y más hojas para hablar sobre esta película, pero le da más valor reducirlo a una sola palabra: magnífica