Un mal irremediable

No había suficiente satisfacción
Solo hubo cariños por obligación
Cada uno tomó una dirección distinta
Encontraron soluciones en cuerpos distintos

Uno lo hacía por desahogo
La otra lo hacía por supremacía
Uno lo hacía por orgullo
La otra lo hacía con grosería

Él pensaba qué pasaba en la mente de la otra
Ella juraba que él la olvidaba
Él sentía que ella lo amaba
Los dos se engañaban jugando con la mente de otros

Él no pudo seguir besando otros labios
Ella no pudo continuar dando su cuerpo a desconocidos
Él sintió la necesidad de volver
Ella creyó que eso no podía suceder

Él se sintió indignado
Ella no poseía el coraje para explicarle
Él lloraba rogando una sencilla explicación
Ella solo le comentó que su cuerpo ya no era el mismo

Él con mano firme no le importó
Ella abruptamente lo rechazó
Él consternado no entendió
Ella sin más preámbulos le confesó

Él se quedó paralizado como un tempano de hielo
Ella solo podía mirar sus ojos derritiéndose en lágrimas
Él concilió su tristeza contra el piso
Ella se echó con el sin prejuicio

Él rogando pidió un por qué
Ella no pudo evitar lo sucedido
Él con arrepentimiento se disculpó
Ella aunque lo disculpara, la muerte más se acercaba

Él le dijo que podía hallar una solución
Ella respondió que no hay cura para tan despiadado mal
Él juro permanecer a su lado
Ella prefirió morir a solas con su irremediable sufrimiento

Él con una rosa se despidió de su alma
Ella acostada con una sonrisa no pudo devolverle el adiós
Él volvió a pedirle perdón por no haberla valorado
Ella le dejó una carta diciendo: te amaré así mí cuerpo haya pertenecido a mil hombres.

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